¡La última lista! Así que hemos guardado para ella una de las señas de identidad de La Sombra: Los CÓMICS y el LIBRO ILUSTRADO. No en vano compartimos espacio con los amigos de Dibbuks. Pero no os preocupéis que en este [LO MEJOR DE 2015] hay espacio para todos. Y como estas cosas es mejor demostrarlas con la acción aquí os dejamos:
¡LO MEJOR DE 2015: CÓMIC!
– 24 horas con gente mejor que tú de Rubén Fdez, ed. Fandogamia
Recopilación de las páginas que ha estado publicando durante los últimos años Rubén Fdez. en El Jueves y que, más allá de la cantidad de texto que tienen, resulta una alternativa a la parodia sobre famosos que se realiza habitualmente llevándolo por la línea del humor absurdo y la referencia pop.
– ¡Garcia! de Santiago García y Luis Bustos, ed. Astiberri
El juego meta a dos bandas de ¡García! es lo que lo convierte en algo especial, por un lado una historia que tira del recurso a los antiguos cómics españoles y establece la pervivencia de sus modelos en la actualidad, por el otro una historia de agentes más o menos secretos y tramas políticas y sociales que permiten comparar esas de antes con las de ahora y ver que algunas cosas no han cambiado tanto aunque ciertos estilos sí lo hayan hecho proporcionándole un toque anticuado en el que a ratos se podría confundir el fascismo pop del personaje con una lectura poco nostálgica de esos años en los que el cómic español era más relevante.
– Aquí de Richard McGuire, ed. Salamandra Graphic
Auténtico juego de posibilidades, explicar que este cómic trata de un rincón de una casa por el que pasa el tiempo ofrece poco interés inicial, hay que verlo, pasar las páginas, encontrar cómo los recuadros de diferentes épocas van superponiéndose delante y detrás en el tiempo para comprender que lo hipnótico es como tomando un punto fijo en el espacio lo que va pasando por delante en el tiempo sirve tanto para representar distintas épocas como para contraponerlas. Merece la pena echarle un ojo al menos.
– Locke & Key de Joe Hill y Gabriel Rodríguez, ed. Panini Comics
Recopilatorio de este estupendo cómic de terror que Joe Hill y Gabriel Rodríguez supieron poner en marcha y que desde un punto de partida argumental sencillo -una casa que da acceso a una dimensión demoníaca, llaves y puertas con poderes- sabe tejer una historia de adolescentes confundidos y enfrentados y distintas manipulaciones a su alrededor resueltas casi siempre con violencia que fue uno de los mejores tebeos hace unos años y que regresa ahora como reedición en tomo para poder tenerlos bien elegantes en la estantería.
– Sally Heathcote, Sufragista de Kate Charlesworth y Bryan Talbot, ed. La Cúpula
La historia de una mujer trabajadora que se une a las sufragistas y de todos los problemas asociados que eso trajo en su momento pueden servir para que se mire el pasado y se vean los paralelismos que parecían superados con la actualidad.
– Alicia en Sussex de Nicolas Mahler, ed. Salamandra Graphic
Recreación del clásico de Carroll mezclándolo con el Frankenstein in Sussex de H. C. Artmann de manera que el estilo de dibujo de Mahler que logra crear una historia claramente inspirada en ambos libros para, a la vez, hacerla suya tanto en el desarrollo como, sobre todo, mediante las ilustraciones de modo que el estilo humorístico y su peculiaridad -siempre polarizante para el lector, me temo- logra ofrecer una versión muy separada de la canónica.
– En la vida real de Cory Doctorow y Jen Wang, ed. Sapristi
Como no podía ser menos en ellos, Doctorow y Wang aprovechan este cómic para hablar de la separación entre la vida real y la de ficción y -sobre todo- entre las formas de relacionarse que favorecen ambas realidades pero no desde un punto de vista más centrado en lo sentimental como en las implicaciones que esta nueva realidad favorecen incluido el aspecto económico de las mismas. Una curiosa reflexión que añade el choque oriente/occidente y el protagonismo de una chica aficionada a los videojuegos para dotar de más temas y tramas al asunto. Así que bien.
– Batgirl de Cameron Stewart, Brenden Fletcher y Babs Tarr, ed. ECC
Esta reimaginación de Batgirl para atraer a un público juvenil femenino puede calificarse de éxito desde su mismo inicio, logrando refrescas temas y posibilidades que ya había apuntado el trabajo previo de Gail Simone en la colección gracias sobre todo a un estilo gráfico y un rediseño del personaje. Stewart culmina esta modernización -de manera casi más moderneo que evolutiva– que ha marcado el camino a seguir para otras muchas series.
– El fantasma de Gaudi de El Torres y Jesús Alonso Iglesias, ed. Dibbuks
Una de asesinatos con posibilidades paranormales con Gaudí y sus obras como centro de la acción, historia complicada por la influencia que tienen sus particulares creaciones y cómo ese aspecto mítico se interpone en la investigación.
– Matar a mi madre de Jules Feiffer, ed. Sapristi
Feiffer es uno de los dibujantes más clásicos de la prensa estadounidense, con un estilo realmente reconocible y toda una historia de colaboraciones al margen de su trabajo en revistas y periódicos. Aquí, con ochentaitantos años ya, compone una mezcla de historia negra y comedia que va tomando desviaciones y derivas dejando claro que está muy lejos de tener intención alguna de parar o de limitarse a realizar obras sencillas y formuláicas.
– El hombre sin talento de Yoshiharu Tsuge, ed. Gallo Nero
Una mirada extraña al cómic japones y que, sin embargo, ex perfectamente clara en su contexto, en los años ochenta y con un futuro incierto y aún las humillaciones de la segunda guerra mundial en la memoria. De ahí que este protagonista dibujante de manga vaya probando o fantaseando con distintas profesiones igualmente extravagantes de manera que el choque cómico de las unas no disminuyan la tragedia y desesperanza de alguien que fracasa en todos sus intentos. Una obra realmente grande.
– El horno huérfano de Rob Davis, ed. La Cúpula
Peculiar obra de fantástico ingles esta de Rob Davis, con un mundo muy distinto del nuestro en el que pueden llover cuchillos o usarse demonios en la cocina pero en el que también hay espacio para comportamientos y relaciones tradicionales. Con un estilo impecable del cool inglés y una capacidad de sugerencia ya desde las primeras páginas nos encontramos con una de las inesperadas sorpresas del año.
– Prophet de VV.AA., ed. Aleta
La segunda vida de este gran cómic está siendo tan atribulada como magnífica, con un apartado visual realmente impresionante y una trama que nos recuerda a lo mejor de los cómics francobelgas de aventuras científicas. Las comparaciones con su pasado son inevitables pero no deben distraernos de su presente, el de uno de los grandes cómics de la actualidad.
– Ms. Marvel de G. Willow Wilson, Adrian Alphona y Jacob Wyatt, ed. Panini
La reinterpretación para un público joven y femenino de iconos superheróicos se completa en este título con el añadido de la extracción religiosa -social también pero no es tan importante- de la superheroina, una joven de una familia musulmana de origen pakistaní que es, además, admiradora de los superhéroes que viven y trabajan en su universo. De nuevo, una forma de mover y refrescar el mundo superheróico de las grandes compañías.
– El botones de verde caqui de Yann Le Pennetier y Olivier Schwartz, ed. Dibbuks
También los clásicos de la bande dessinée se reinventan como prueba esta aproximación más adulta y centrada en tiempos más complejos de las aventuras de Spirou, que debe a la reinterpretación previa de Émile Bravo pero a la que Yann y Schwartz consiguen ir de manera bien distinta. La llegada del personaje a Dibbuks, facilitando tanto la publicación de la línea regular como la recuperación de las obras clásicas y la publicación de estos especiales que reimaginan su mundo en distintos contextos de grandes autores, ha sido sin duda una de las grandes noticias de 2015.
– Fragmentos del mal de Junji Ito, ed. ECC
Otro genio del manga en nuestro país, en esta ocasión con las perturbadoras historias de Ito, que permiten comprobar su forma de desarrollar en historias cortas ese estilo terrorífico tan idiosincrático como es el grotesco japones.
– Star Rats de Leo Ortolani, ed. Panini
Terminamos con un regreso inesperado, el del gran Leo Ortolani, autor de RatMan -serie que parece siempre a la espera de tiempos mejores- que vuelve por la vía de la parodia clásica. No es su mejor trabajo, pero al menos es una forma de reencuentro.
Como decíamos más arriba, queremos hablar del cómic pero también del libro ilustrado, en ocasiones es difícil decidir dónde empiezan unos y terminan los otros pero al menos hay que dar una oportunidad para mostrar nuestras dudas y, por supuesto, para recomendar más piezas magníficas publicadas este año.
¡LO MEJOR DE 2015: ILUSTRADO!
– Todo el mundo tiene envidia de mi mochila voladora de Tom Gauld, ed. Salamandra Graphic
Realmente excepcional y, sin duda, lo más cercano al cómic tradicional de toda esta segunda lista. Pero las reflexiones de Gauld, sobre todo las más centradas en los libros, dejan siempre con esa sensación de ser ideas ilustradas antes que viñetas tradicionales. Un imprescindible para los lectores.
– Marcel Duchamp, una partida entre mí y yo de François Olislaeger, ed. Turner
Una de las ediciones más bellas del año en libro acordeón que permite acercarse tanto a Duchamp como explorar esa mezcla de ilustración y texto con un formato que permite redefinir ambas para explicar y expresar su vida y obra. Magistral.
– Las aventuras de Joselito de José Pablo García, ed. Reino de Cordelia
La vida de Joselito es tremenda de ahí que sea perfecta para una obra como esta, que va cambiando su estilo según tanto la historia contada como lo predominante de la época en un auténtico encaje de bolillos espacial que se dispara en todas las direcciones para contar una vida inesperada de manera lo más representativa posible.
– Excentric cinema de Béatrice Coron, ed. Kokinos
Otro libro acordeón magnífico, en esta ocasión debido a los troquelados de sus páginas que sirven para ir continuando con la historia a través de los múltiples pequeños detalles de sus páginas. Un trabajo magnífico.
– Pedro Melenas de Heinrich Hoffmann, ed. Impedimenta
Recuperación del clásico en gran formato y con bellas ilustraciones de manera que se pueda disfrutar de esta obra que da un nuevo significado al retro.
– La metamorfosis de Franz Kafka con ilustraciones de Manuel Marsol, ed. AstroRey
Aproximación a la obra de Kafka desde un estilo feista que casa con la obra original en lo que ha sido el punto de partida de la pequeña editorial de ilustrados de AstroRey.
– María Antonieta de Benjamin Lacombe, ed. Edelvives
Como mandan las tradiciones, también este año hubo obra de Lacombe. Aunque en esta ocasión hayan sido varias -Por ejemplo con Los superhéroes odian las alcachofas, en la que no realizaba labores de guionista- es esta historia de Maria Antonieta la que mejor demuestra sus cualidades como ilustrador, incluyendo la mezcla de textos (Las cartas que escribe la protagonista, por ejemplo, bellamente recreadas por el papel y el estilo de la letra) con su articular estilo de ilustración.
– 813 de Paula Bonet, ed. Bridge
Otra ilustradora bien conocida es Paula Bonet que da rienda suelta en este especial a su amor por Truffaut mediante una mezcla de textos e ilustraciones que tratan de indagar en la creación cinematográfica del maestro francés sin perder el estilo de la ilustradora española.
– Macbeth de William Shakespeare con ilustraciones de Raúl Arias, ed. Reino de Cordelia
Enorme edición de MacBeth en todos los aspectos esta que presentaba a tiempo para el centenario de su muerta la editorial Reino de Cordelia. Un enorme tomo en el que, además de una nueva traducción y distintos estudios añadidos hay, sobre todo, un trabajo del ilustrador Raúl Arias que es sencillamente magnífico para recrear toda la brutalidad de la obra original.
Como veis también en este campo ha sido un gran año, y seguro que olvidamos alguna cosa de este [LO MEJOR DE 2015] que podéis comentarnos si así deseáis. Nosotros hemos terminado ya con las listas. (Sí, por fin) Pero esperamos haber dejado claro la variedad y calidad de lo que ha ido publicándose en España durante todo el año. ¡Y seguro que en 2016 tenemos más!